25 de enero de 2010

¿Por qué es tan difícil querer a alguien?



Nunca encuentras a la persona perfecta porque siempre habrá algo que te impida encontrarla. Nunca hallas al ser que sueñas porque siempre estarás en las nubes imaginándolo y nunca pones los pies en la tierra cuando lo encuentras… después dices que le quieres, que le amas y que es el ser que esperabas en tu vida., -error-, siempre caemos en esa equivocación. Siempre que intentas encontrar a la persona perfecta das con una persona que no te dan ni la hora o con alguien con quien solo podrías tener una aventura de una noche, y saben a qué me refiero, pero no es lo que se quiere.  Cuando tienes de frente a la persona que te interesa  y empiezas a tratarlo mucho, tomas mal las señales que después se convierten en ilusión. Cuando te enamoras de alguien te conviertes en un idiota que no disimula en miradas ni sonrisas… y tu voz se torna temblorosa. Eso me ha pasado a mí.

La primera vez que lo vi, después de algún tiempo de conocernos virtualmente, me puse nerviosa no sabía qué hacer ni que decir. Su mirada se posó sobre la mía, me hizo saber que le gustaban mis ojos. Creo que me sonrojé en ese instante y me la pasé así durante nuestro encuentro. Nos fuimos a la cafetería, nos sentamos a conversar y hablamos de todo un poco. Yo no dejaba de mirarlo. Sus ojos son bellos, sus labios me enloquecían y mi pensamiento jugaba conmigo incitándome a besarlos. Su sonrisa es lo máximo, es lo que más me gusta de él. Siempre buscaba la manera de hacerle sonreír porque su sonrisa era la medicina que mi vida buscaba para ser feliz.  No sé por qué conociéndonos por primera vez, en persona, nos tomamos de la mano y estuvimos así por varios minutos mientras recorríamos el sitio donde estábamos. Aun recorro ese lugar pensando en él.

Cuando salimos de aquel sitio me acompañó a abordar el transporte de regreso a casa. Caminamos algunas calles tomados aun de la mano y supongo se dio cuenta lo nerviosa que me ponía al estar junto a él. Paramos en la avenida, al lado de un sitio donde sonaban vallenatos. Estuvimos un rato ahí y yo le preguntaba algunas cosas, hasta de su mamá fallecida le pregunté. Recuerdo que por esos días su padre estaba muy enfermo, quien hoy en día está en el cielo también cuidando a ese ser maravilloso que conocí.

Llegó el momento de despedirnos, mi pensamiento aun revoloteando de ansiedad por aquel beso me impulsó a acercarme a su boca y tocar sus labios. Primero rozamos suavemente un ladito de nuestros labios y al separarnos brevemente regresé a su boca con unas ganas enormes de sentir nuevamente sus labios en los míos. Lo besé. Sentía de todo en mi cuerpo, mi corazón latía a mil por minuto y alcancé a tocar un pedacito diminuto de cielo; y es tan curioso… sentí estar abordando una nube de regreso a casa.

Ya sentada junto a la ventanilla, recibiendo el fresco de esa hermosa noche, tocaba mis labios con mis manos, cerraba mis ojos y sonreía. Voltee mi mirada hacia atrás viendo como me alejaba de él, pero cuando retorné a mi posición un duro golpe llegó a mi corazón, una sensación extraña que me hacía pensar que había cometido un error y que las cosas cambiarían a partir de ese día. Es que cuando lo besé en esa fracción de segundo, lo sentí como distante y frío, y no lo culpo pues era la primera vez que estábamos cara a cara. En ese instante sentí angustia al mismo tiempo que miedo.

No recuerdo si antes o después de haber llegado a casa le envié un mensaje a su teléfono celular. Me disculpé por el atrevimiento explicando que fue solo un impulso mío nada más. Me quedé pensando mucho en lo sucedido. Después recibí una llamada suya –cuanto añoro sus llamadas- Yo estaba muy nerviosa para contestar pero sin pensarlo dos veces le respondí. Fue hermoso escuchar su voz y su tono me hizo sentir bien, porque no estaba disgustado. Me preguntó por qué le había mandado ese mensaje… le expliqué con más detalle mi temor y la gran fuerza que había sentido para darle ese beso. En su respuesta encontré tranquilidad porque me dijo que ese impulso también se dio de su parte y que él también había participado de ese sentir. En ese momento quedé tranquila y feliz, pero hoy en día me pregunto si eso fue cierto. Aún vivo con la duda.

Cuanto diera yo por regresar el tiempo y volver a aquel día, cuanto diera por saber que pensaba él de mi en aquella ocasión. Cuanto diera por corregir mis errores y volver a ser su dulce niña; le hubiera entregado mi vida entera con tal de ganarme su amor. 

Que estarás pensando tú de mi hoy en día??? Ojalá me leyeras y dieras una respuesta sincera… Agradecería eternamente tu detalle.


6 comentarios:

Unknown dijo...

mi adri muy linda tu reflexión peor así es el amor hay que vivir el instante para después no tener que a repentinos por no have r hecho las cosas

Vivian Gil-Ro dijo...

El que se enamora pierde...

Andres Suarez dijo...

adriana pareces escritora profesionall, linda tu historia, ya le puedes competir a delia fiallo

Anónimo dijo...

Como se siente querer?

AdryArt dijo...

Querer es el sentimiento más bonito del mundo: es como tocar el cielo... algo único. Querer es mirar el mundo con muchos más colores, vivir en una total paz y armonía con el universo entero... pero estos sentimientos se multiplican si ese "querer" es un sentimiento correspondido por la persona querida... Entonces para responder a la pregunta "¿cómo se siente querer?", yo no tendría ni las palabras exactas... y mucho menos la lógica para describir lo que realmente es... lo que realmente se siente. Para eso, hay que vivirlo y sentirlo... y nadie más podrá decirlo!

Bryblack dijo...

Pero, ¿ donde esta el?. ¿ QUe le paso?...°°°°°°°