13 de agosto de 2010

Sueño...



Que tan confundido se puede volver el corazón de una persona, en especial cuando su corazón ha sido tan poco querido. Cualquier señal de cariño de algún chico hacia mi se ha convertido en la ventana abierta para dejar volar mi imaginación y permitir que mi cariño se convierta en una ilusión.  Amores fugaces que se forman en mis pensamientos, los sueños inalcanzables de un misterioso sentimiento que quiere desbordarse en mi. Noches enteras soñando con sus dulces labios despertándome de esa eterna soledad. Soñaba cómo un príncipe azul me tomaba entre sus brazos y me declamaba todo su amor, pero solo era eso, un sueño... un sueño con un príncipe sin rostro, porque tratando aun de recordarlo no podía. 

Las mañanas se vuelven trágicas con el vacío de mi cama, como el llano infinito de ese paisaje en el que lo dibujé a él. Sus palabras me llegaban al pensamiento, palabras ficticias deseosas de hacerse realidad, con su voz calmada y apacible pero entregada en profundo deseo y seducción. Solo un sueño. Soñando despierta.

Ahora si despierto... completamente vacía. Me doy cuenta de que he errado en mí. De nuevo levanto la mirada y sigo como si nada. Ahora ¿qué mas me falta vivir? ¿qué más me falta soñar?.


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