Alcancé a tocar el cielo con las manos. Toqué las estrellas y las puse sobre mí. Alcancé a conocer nuevas galaxias... universos paralelos... miles de maravillas que no superaban lo que estaba sintiendo en ese momento. Sentí que era mío, que solo yo era la dueña de esas palabras... pero me quedaba la duda. Igual intenté soñar con eso y mi noche fue grandiosa.
Al despertar tenía que enfrentar una realidad. No sabia que hacer, no sabia que decir... pero sin pensarlo mucho me arriesgué. Le pregunté sobre su mensaje en mi teléfono celular... Él se sorprendió intentando comprender qué le estaba diciendo. Le expliqué y después todo se aclaró, y pude confirmar el temor que me acechaba desde que abrí los ojos en la mañana. Su mensaje no era para mi... su mensaje era para alguien mas. Por eso me extrañaba la ternura de sus palabras y el cariño con el que lo expresaba. Desde lo alto alcancé a ver el duro suelo y caí.
Me sentía como un ave con las alas rotas, un corazón desecho y un sueño frustrado. Puede que pierda una batalla... pero no dejare de luchar. Seguiré buscando sus ojos hasta que vean la profundidad de los míos, seguiré leyendo su cuerpo en silencio y le declamaré poemas en mi corazón mientras se da cuenta lo que siento por él. Espero no volver a elevarme tanto, espero no soñar en vano. Espero solo que mis plegarias sean escuchadas; así que Dios, no me dejes sola en mi petición.